No soy partidario de las críticas
despiadadas pero hay cosas que claman al cielo. La investigación en España está
cada vez más abandonada y los cerebros que tanto ha costado formar tienen que
emigrar. La realidad actual es el compendio de un cúmulo de profesionales de
primera calidad que no tienen más que el “no” en cualquier Universidad y buscan
quien les acoja dejando su amada España. Tienen que entender que el planeta
Tierra es de todos y las fronteras solamente deben ser esporádicas y mentales.
Nuestro país se desangra por la falta de
profesionalidad y de gestión de unos políticos (que no todos/as) que piensan
más en cómo perpetuarse en su puesto que en la prosperidad de un país. Y ahora,
nos vienen con tres ideas medioambientales/recaudatorias de primer orden que no
hacen sino gravar más al contribuyente, aunque bien es cierto, que contentan a
dos sectores dañados, uno el de los concesionarios de vehículos, al aprobar el
nuevo Plan Pive II y otro el de los fanáticos medioambientales, con la
aprobación del nuevo IVTM y las ya previsibles sanciones del gobierno hacia
aquellos que ignoran la ITV.
En primer lugar decir que, El Plan Pive I y II
(Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente) ha sido una consecuencia más de
lo que tenemos que sufrir y padecer en nuestro país. Una clase política que reacciona cuando el
mal ya está hecho y que, al final, no tiene otra solución que la que le vienen
pidiendo hace tiempo. Los miembros del anterior gobierno de ZP fueron los últimos
en enterarse que llegaba una crisis galopante, los últimos en entenderla y los
últimos en dar soluciones. Pero lo sorprendente es que el gobierno actual lleva
la misma cadencia rítmica. Ha tardado un año en darse cuenta que sin un plan de
incentivos al consumo era imposible que el sector automovilístico recuperara el
impulso necesario para, al menos, sobrevivir. Si bien el Plan Pive II ha
provocado que el automóvil elegido deberá estar catalogado por el IDEA
(Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía) con las etiquetas de
eficiencia energética.
De otro lado, el Consejo de Ministros ha
aprobado el nuevo Plan de Calidad del Aire para el período 2013-2016, con 78
medidas entre las que se contempla la modificación del impuesto de circulación
para vincularlo a criterios medioambientales. El Gobierno pretende que el
impuesto de circulación, denominado técnicamente Impuesto sobre Vehículos de
Tracción Mecánica, entre en vigor el próximo año. El gravamen dejará de estar
vinculado a los caballos fiscales de los vehículos, y dependerá del grado de
contaminación de los mismos, medido por sus emisiones de CO2, NOx y partículas.
Hay que avanzar hacia una imposición más ambiental y menos social: quién más contamine, más
pagará, esto es, en el cálculo de este impuesto anual no se tendrán en cuenta
argumentos de carácter social y se realizará de acuerdo a las normativas Euro
sobre emisiones de CO2, NOx y partículas, lo que supondrá un mayor gravamen
para los vehículos más antiguos que contaminen más.
El impuesto de circulación es el único que tiene
que ver con los coches que no está vinculado a las emisiones de CO2. La reforma
de este gravamen, que correrá a cargo de la Dirección General de Tributos del
Ministerio de Hacienda y se consensuará con la Federación Española de
Municipios y Provincias (FEMP), supondrá gravar más a los vehículos que,
"por su antigüedad, producen mayores emisiones a la atmósfera", según
reza el texto del Plan Aire.
El impuesto de circulación aportó a
las arcas municipales 2.807 millones de euros en el ejercicio de 2011, un 0,3%
más, según los últimos datos disponibles. Los ayuntamientos cuentan actualmente
con capacidad para incrementar la cuota en un máximo del 2%.
Por último, destacar otra consecuencia de la
crisis económica que sufrimos y es que nuestro parque móvil se hace cada vez
más viejo, solamente estamos por encima de Grecia y Estonia con vehículos con
más de 10 años. La crisis ha desplomado las matriculaciones y sólo sube la
compra de vehículos de segunda mano. No se pasa la ITV, y este hecho preocupa y
mucho pues la seguridad está en entredicho. El envejecimiento y la falta de mantenimiento
de los vehículos inciden de forma clara en la seguridad vial y también en el
medio ambiente. De hecho el 20% del
parque móvil es el responsable del 80% de la contaminación.
El rechazo a las políticas públicas es evidente,
pero no podemos jugar con una falta de seguridad.
AUTOR: Manuel Garrido Ruiz, Doctor en Derecho
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