Resulta
arriesgado, desde el punto de vista financiero invadir un tema que
por la situación económica del país se hace harto difícil, pero a
su vez enriquecedor como es, adentrarse en las entrañas del tejido
empresarial de nuestro país.
La
capacidad de un territorio para abordar los problemas económicos y
para afrontar los cambios va más allá de la capacidad que poseen
los empresarios, comerciantes e inversores, ya que en todo van a
influir varios factores que considero relevantes: en primer término
nos ocuparíamos de la calificación de los recursos humanos, así
como la existencia de valores, actitudes y una cultura emprendedora
local. En segundo lugar me centraría en el grado de adaptación de
las empresas a la investigación científica y desarrollo tecnológico
para la innovación I+D+i y por último, la calidad de liderazgo para
movilizar a todos los actores y agentes sociales y crear una
estrategia empresarial capaz de organizar los recursos y capacidades
de la empresa, a fin de alcanzar sus objetivos al medio y largo
plazo, teniendo en cuenta las características del entorno con el
único propósito de generar ideas que sean un referente en el
sector.
Hay
que cumplir necesariamente unos objetivos, tener unos referentes
serios y una preparación seria como empresario. En primer lugar, el
de gestionar el conocimiento y ponerlo a disposición de la empresa,
en general, y de las pymes en particular para conseguir un incremento
de competitividad y de eficiencia. En segundo lugar, tener una clara
idea de internacionalización, además marcar líneas estratégicas
que se concreten sobre todo en la protección del medio ambiente, la
energía y el desarrollo territorial. También ser conscientes de la
innovación en las aplicaciones técnicas en temas como la movilidad
sostenible etc.
Al
vivir en un mundo globalizado, tenemos la ventaja de que toda empresa
debe considerar al mundo por cliente, y es necesario hacer ver al
empresario que la generación de sus ideas y proyectos pueden ser
válidos fuera de su territorio, adaptando su modelo empresarial y
modificando su mentalidad hacia un pensamiento global si bien
actuando como local. Esto será posible si se cuenta con formatos on
line para exteriorizar/globalizar la empresa y abrir nuevos mercados.
Tenemos
que pensar que las pymes son la gran fórmula del desarrollo
empresarial, de hecho las grandes empresas en España apenas llegan a
un 10%, mientras que las pymes representan casi el 90% de tejido
empresarial español. Son ciertamente el referente del país.
Toda
empresa debe fijarse unos índices de calidad que demuestran su
compromiso con el medio ambiente y la competitividad sana. La empresa
debe superarse día a día y desarrollar soluciones innovadoras.
Debe
adaptarse a las circunstancias y particularidades que presenta el
mercado. Debe cumplir de forma sostenible los objetivos económicos y
ecológicos. Debe ofrecer productos de calidad y aportaciones
innovadoras que deben ser conocidas fuera de nuestras fronteras.
Avances técnicos, sistemas energéticamente eficientes, soluciones
innovadoras son las actuales necesidades de lo que llamaríamos la
arquitectura moderna.
Una
pyme alcanza su solidez cuando no depende de personas clave, ni de la
continua presencia de su propietario, sino que crece y se desarrolla
gracias a procedimientos y sistemas de trabajo que hacen factible su
crecimiento, independientemente de quienes ejecutan esos sistemas.
Por lo general, solemos llamar empresarios a toda persona que tenga
un negocio con empleados, lo que no es necesariamente correcto.
Muchos de estos negocios dependen en gran medida de la actividad del
dueño y, si éste llegara a faltar, el negocio como tal dejaría de
existir. La idea es que el empresario de una pyme se considera como
tal cuando haya creado una estructura compleja, capaz de funcionar
sin tener la obligación de ir a trabajar todos los días a su propia
empresa. La clave sería una vez que la empresa está, que no se
presume, sólida con una visión comercial clara y consensuada a
todos los niveles, donde todo el equipo conozca los sistemas y
procedimientos a seguir en todo momento y ante cualquier situación,
podemos decir que la empresa se convierte en un negocio con capacidad
de autogestionarse, sin depender directamente del emprendedor que la
creó. Y cuando esto ocurre, el empresario creador, vuelve a sentirse
libre para crear y emprender nuevos proyectos, generando así mas
empleo a la comunidad. Lo importante es eliminar la idea de que es
necesaria su presencia física en la empresa para que esta funcione.
La capacidad de delegar tareas creando equipos de trabajo efectivos y
entrenando a personas con un perfil directivo que pueda hacer crecer
su negocio.
Ser
un experto en un área empresarial concreta conlleva una mayor
credibilidad y publicidad gratuita a medio y largo plazo. Participar
en asociaciones o grupos de trabajo para empresarios es importante
para acoger ideas y proyectos y multiplicar sus conocimientos.
Nunca hay que
dejar que se acumulen tareas y papeleo en el escritorio. Es
importante llevarlo todo al día para evitar que alguna deuda se nos
eche encima en el último momento. Siempre hay que trabajar con
previsión.
Como no actuamos
en un monopolio, es nuestra obligación estar atentos a los
movimientos de la competencia. Ver cómo actúan, qué hacen, por
donde flojean... e incluso apostar por sus mismas estrategias si es
necesario (sin vulnerar los derechos de patentes). El objetivo debe
ser uno: mejorar constantemente.
La
comercialización debe ser tratada correctamente, y no se puede
descuidar. Si una empresa no puede comercializar su producto
adecuadamente, debe asumir que hay otros profesionales experimentados
que pueden hacerlo mejor.
Hay que estar
siempre muy atento a las necesidades de los clientes. Se debe hacer
lo imposible para que estén contentos y así retenerlos, si no,
alguien les ofrecerá algo mejor. Ellos son la clave de que el
negocio funcione.
Antes de
contratar a nuevos empleados, hay que saber con seguridad cuál será
su papel dentro de la empresa. Cada uno de ellos debe ser esencial en
el negocio. Además, éstos deben tener la formación adecuada para
su puesto de trabajo. A todo esto, hay que saber crear un buen
ambiente de trabajo: un trabajador contento y motivado se empleará
mejor.
Los empresarios
no pueden conocer una sola área del negocio. Un buen director estará
preparado para desenvolverse con facilidad tanto en contabilidad como
en comercialización, será flexible. Una localización
acertada es vital para hacer funcionar la empresa. A veces no se
tienen en cuenta factores como el tráfico o la conveniencia, que de
echo pueden ser elementos decisivos para la competencia a la hora de
elegir a su proveedor.
Se deben hacer
proyecciones del flujo de liquidez, para decidir con cuánto dinero
se debe contar para evitar un problema eminente de iliquidez.
En el mundo de los negocios, los consejos pueden ser muy valiosos. Tener una mente cerrada y aferrarse a las preconcepciones propias puede ser un error fatal para cualquier empresario. Leer sobre la pequeña empresa e informarse regularmente es una buena manera de ganar conocimiento que posteriormente podrá ser aprovechado.
En el mundo de los negocios, los consejos pueden ser muy valiosos. Tener una mente cerrada y aferrarse a las preconcepciones propias puede ser un error fatal para cualquier empresario. Leer sobre la pequeña empresa e informarse regularmente es una buena manera de ganar conocimiento que posteriormente podrá ser aprovechado.
Por último, es
imprescindible hacer una planificación adecuada. Hay que marcarse
unos objetivos y unos plazos, y hacer el control diario de dicha
planificación.
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