Andar por Casa - Lavadero y Matadero Públicos en Víznar

 


“Con respecto al Matadero a todos nos consta que está construido a la terminación del lavadero, no teniendo más ventilación que la puerta que le sirve de entrada, además es muy reducido pues consta de unos tres metros de longitud por dos cincuenta de ancho y por tanto se hace muy difícil la carnación en el mismo"

 

Con tales palabras principia el Sr Alcalde D. Rafael Ruiz Carrillo, ante los concejales concurrentes, (Al margen los Sres Concejales: D. Juan Díaz Carrillo, D Antonio Espigares Megías, D. José Caballero Gómez, D. Eduardo Espigares Ruiz, D Julián Fernández Morcillo y D. Manuel Martín Baena)


“ para tratar y acordar lo más conveniente acerca de la construcción de un Lavadero y Matadero Públicos por encontrarse estos en muy malas condiciones de salubridad y capacidad.”


Efectivamente, según argumenta el Sr. Alcalde, la disposición y capacidad de este antiguo lavadero, es un habitáculo exiguo, lúgubre y poco ventilado. Del agua, aunque clara y abundante, se hace mal uso propiciando posibles contagio.


Pared con pared estaba el Matadero del pueblo del que nada puede argumentar en su favor el Sr Ruiz, pues además de falto de espacio y salubridad, sus paredes no soportan una adecuada adaptación a la legislación vigente.


Por unanimidad acuerdan que, previos los trámites y requisitos legales, se proceda a construir de nueva planta lavadero y matadero públicos que reúnan todas las condiciones de comodidad, capacidad e higiene necesarias para lo cual y por medio de los procedimientos legales, habrán de adquirirse los terrenos suficientes en sitio céntrico, 

y que a juicio de todos reúna condiciones, siempre a la utilidad de la misma propiedad de agua que surte al lavadero y matadero hoy existentes, cuyos sobrantes dan riego a las Escañadas de este término. La toma del Chorrillo sirve de abastecimiento al Lavadero y Matadero Públicos “desde tiempo inmemorial”:


Un chorro, antiquísimo tomado de la Acequia Pral. de Dinadamar desde la fundación de este Lugar por una piedra tosca de la magnitud de un real de a ocho, con destino a dar agua a las bestias y al lavadero público y para aseo y limpieza de la población y cuyos derrámenes se aprovechan por el procomunal en regar los terrenos posibles por la parte inferior de aquella dirección”



Lavadero Nuevo de Víznar. Foto cortesía de D. Francisco González Martínez



EL PROYECTO


Con tales antecedentes y siguiendo el Reglamento de Obras y Servicios y Bienes Municipales, acuerdan los allí presentes por unanimidad designar al Sr. Aparejador de la ciudad de Granada D. José Jiménez que, como persona técnica y competente redacte el referido proyecto. Del mismo se desprende esta sucinta MEMORIA con la cual se pretende que se tenga un inmediato resumen de aquello a lo que se aspira con expresión de los contenidos y calidades de cuanto atañe a la obra.



Memoria

 

El solar que para el efecto ha adquirido el Ayuntamiento de Víznar para Matadero y Lavadero Públicos está haciendo línea a dos calles con orientación al mediodía.


La construcción será de fábrica de hormigón de cemento dinteles de fábrica de ladrillo en la fachada, Cubiertas de madera y alistonado para teja plana y pavimento de cemento continuo.


Se proyecta edificar en el pueblo de Víznar un Matadero Municipal como se indica en el plano, mide una extensión superficial de 26,52 metros cuadrados, suficiente para las necesidades de este pueblo.


Irá dotado de agua potable con toma independiente con la presión y distribución necesaria para atender a su esmerada limpieza y a todas las operaciones que han de efectuarse en estos establecimientos. La solería será de cemento continuo y con el declive necesario a los sifones de las alcantarillas.


Las paredes irán revestidas de azulejos blancos a la altura de dos metros. También irá provisto de un pilar para agua con dos grifos, que irá enchapado de azulejos interior y exteriormente y de todos los detalles que exige el vigente reglamento de sanidad.


Medianero con este edificio se ha proyectado un Lavadero que ocupará una superficie de 73,80 metros cuadrados. Su construcción será análoga a la del Matadero, en el interior lleva como se indica en el plano veinte pilas dispuestas en la forma conveniente y en sitio distinto dos pilas para lavar ropas de enfermos contagiosos, en sitio oportuno el retrete con ventilación directa.


Tanto uno como otro edificio se complementarán con atarjeas de desagüe para el buen funcionamiento del servicio al que se destinan.


Con lo anteriormente expuesto y los planos que se acompañan se cree haber dado una idea clara de lo que se pretende edificar. 


Granada 7 de Agosto de 1929.

El Aparejador. José Jiménez .





Así pues, en sesión celebrada el 23 de agosto del mismo año, se examina con detenimiento para su aprobación si procede el Proyecto de Obra así como la tasación de la misma que, confeccionada por el Maestro Sr. D. Antonio Serrano asciende a 18.629,23 ptas. Se acuerda por la totalidad de los concurrentes, sin variación en ninguno de sus puntos, iniciándose así el Expediente de dicha obra.

Como terrenos se escogen los de la margen opuesta, propiedad del Molino Nuevo y un pequeño solar de D. José Caballero Gómez. Los Herederos de D. José Ruiz Fernández (D. Valentín Ruiz Carrillo y Dª Mª Paz y D. Valentín Ruiz Ruiz) aportan 72 m2 por los que reciben 725 ptas. más 225 ptas. por un muro. D. José Caballero Gómez recibe 375 ptas. por 36 m2 y 85 ptas. por “piedras y demás materiales existentes en el solar”.


Según proyecto, el Matadero ocupará una superficie de 35,34 m2, en fábrica de ladrillo, cubierta a dos aguas sobre madera listonada y teja plana. Zócalo de azulejo blanco, pilar con agua corriente y pavimento de cemento. 

El Lavadero con veinte pilas más dos para ropas de enfermos contagiosos, ocupara los 73,80 m2 restantes y su construcción análoga en forma y equipamientos a los del Matadero. Incluye además retrete y sumidero y un adecuado sistema de desagüe y atarjeas para el buen servicio al que se destina. Todo ello con los detalles y requisitos que exige el vigente Reglamento de Sanidad.




Efectuada la preceptiva subasta, es rematada por el Sr. D. Antonio Serrano Moleón en 15.250 ptas. como único y mejor licitador, ofreciendo cumplir todos los requisitos del pliego.

Una vez concluida la obra y reconocida ésta por el Arquitecto Provincial, se solicita según consta en el Acta de 25 de Mayo de 1930 el libramiento por parte de la Excma. Diputación Provincial de Granada de una subvención (concedida por la Comisión Provincial con fecha de 10-1- 1930) por importe del 20% del presupuesto de ejecución.

Sigue utilizándose el caño de “El Chorrillo”, mas la toma de agua se ha solicitado desplazarla unos seis metros de su anterior situación hasta el lugar apropiado para abastecer los nuevos locales. Esta propuesta la aprueba la Comisión Permanente del Excmo. Ayuntamiento de Granada con fecha de 25 de octubre de 1930. 
    
    

Recreación abreviada del Lavadero de Víznar


Y ya trasladados estos servicios de Lavadero y Matadero a sus nuevos y flamantes emplazamientos se abandonan los antiguos. Estos se transforman en vivienda que últimamente albergó con sus hijos a Pepe y Angelica y posteriormente a Matilde, quedando convertido el Matadero en cocina y el Lavadero en cuadra y chiquera por lo que es de suponer que poco quedará para poder rastrear lo que fueron estos primitivos recintos.



LAVADO Y PARLOTEO

Acudían a diario al Lavadero todas las parroquianas de las calles cercanas, que ejercitaban en él el hábil laboreo del enjuague y el zapateo. Con sus canastas de ropa que restregaban repetidamente con jabón casero de sosa, la Pubilla, el jabón Flota o el Tu-Tú, también llevaban el Norit y la imprescindible muñequilla de añil. Como las pilas ya tenían sus resaltes no eran necesarias las tablas de lavar, aunque algunas había por ser costumbre su uso.


Al lavadero se iba a lavar, pero también a socializar, en este santuario del chisme y el trapo sucio. Y entre restregones y parloteos se pasaba revista a la vida social y particular del vecindario. Se hablaba de todo: confidencias, intimidades, amables compañeras, tertulias, risotadas, penas comunes, picardías, cotilleos, bromas… y hasta coplillas que improvisaba con ardid Pura la Tea.

Las familias más pudientes y otras por necesidad, relegaban este servicio en lavanderas que lavaban “pa la calle”. Eran un grupo de jovencitas y también mayores que higienizaban la ropa ajena con el estipendio quizá mal remunerado para esta prestación.

Y después buscar dónde tenderla. Normalmente en las eras altas, en improvisados postes en los que se cruzaba un cordel y se sujetaban con pinzas. En los balcones, ventanas, terrazas o corredores, dando una nota variopinta de color en contraste con la blancura de las sábanas y los almohadones.

También se tendía y lavaba en el Molino Bajo entre espinos y azarbes a la vera de la acequia. Cuando corría el Cuarto, la compuerta del Molino Bajo, liberaba la cuarta parte del caudal de Aynadamar. Derrame más que suficiente para plantar la tabla y lavar con soltura piezas de alto porte, más incomodas de manejar con desparpajo en el propio lavadero.

Cuando el estiaje del arroyo de “El Tejar” lo permitía, las vecinas del Barrio de la Alhambra y las Eras acudían a él y allí reproducían de rodillas las maniobras de la lavandería.

Privilegios de Primos Reales tenían algunas casas notables, que con el disfrute de un caño continuo, les permitía la instalación de pilas de lavadero en el seno particular de la vivienda. En los molinos harineros también se hacían derivas a pilares y lavaderos teniendo así este servicio como propio en ellos.

También era corriente recurrir a grandes tinas, barreños y lebrillos, socorrida versión de hacer la colada en casa utilizando el acarreo del agua necesaria desde un inmediato pilar.



PILARES CON LAVADERO

Los enclaves más alejados del Lavadero, a pesar de estar en lugar céntrico, sienten en esta lejanía un inconveniente para acudir hasta él y menos cargando pesadas canastas repletas de ropa, que a la vuelta, empapadas, multiplican su peso.

Conscientes de este engorro nace el pilar lavadero, que adosa a su pilón principal una pila corrida donde poder lavar. Así lo constatamos en el pilar de la Callejilla del Barrio Bajo, en el de la Noguera y en los del Barrio de la Alhambra.


Pilar Lavadero de la Callejilla. Barrio Bajo


Pilar con Lavadero en La Noguera



Cuando se construyen las Barriadas de Santa Adela, La Barriada del Sagrado Corazón y Juan XXIII, a todos ellos se les dota de este tipo de pilares, hoy ya monumentalizados en los entornos de sus barrios.

No llegaría tampoco a ellos una comodidad tan elemental como necesaria: el agua corriente. Como otros barrios del pueblo, la Barriada del Sagrado Corazón, tenía y aún mantiene su pilar. Un pilar que en su majestad soberana señorea la vida del barrio. A él acuden los vecinos para acarrear agua a sus viviendas; en él, en sus dos pilas adosadas, se sirve el lavadero, con sus tablas de lavar. Lugar de encuentro donde se enjabonan, enjuagan, lavan y zapatean tanto sábanas como camisas de trabajo ...y sobre todo trapillos de niño, pañales y baberos que son más de veinte los ya nacidos en estas casas.









La llegada del agua corriente a nuestros hogares y de las primeras lavadoras, hicieron mermar la frecuencia y necesidad en el uso del lavadero público. Hasta los años ochenta permaneció en práctica, pero pronto llegó su clausura no sin el descontento y desagrado del vecindario.

El lavadero y matadero públicos tanto en su asentamiento primitivo como en el Lavadero y Matadero Nuevos, forman parte de una arquitectura que por su singularidad han de protegerse e incorporarse a nuestro patrimonio histórico y cultural, al inventario de bienes municipales como testimonio etnográfico y al ya dilatado valor turístico de Víznar. Sean llamados a ser referentes de una memoria extraordinaria y única en nuestras costumbres.



AUTOR: Salvador Ruiz Caballero



No hay comentarios:

Publicar un comentario

@templatesyard