Y LOS MOLINOS HARINEROS
Parte 2
ULTIMA ETAPA DE LA FABRICA - 12 DE MARZO DE 1954
La FĂĄbrica permaneciĂł cerrada desde aĂąos atrĂĄs siendo su dueĂąo D. Eduardo Moreno Velasco. Se interesa por comprarla D. CristĂłbal Navajas Tirado que una vez acordado el precio de su venta se formaliza la escritura el 12 de marzo de 1954 incluyendo el Molino Bajo y las tierras que se especifican.
D. CristĂłbal Navajas Tirado procedĂa de una familia dedicada al ramo textil. Afincada en Priego de CĂłrdoba su padre, D JosĂŠ Navajas Molina desarrollĂł una empresa familiar.
D.CristĂłbal es gran conocedor de esta empresa textil y por tanto sobradamente capacitado para su gestiĂłn. A pesar de las limitaciones que tiene esta FĂĄbrica con los telares originales del aĂąo 1888, cualificados para su tiempo y los trabajos que habrĂa de realizar. Pues tambiĂŠn conocĂa el estado de la maquinaria sobre lo que nada podĂa reclamar en razĂłn de su estado. Pese a ello fue u etapa marcada por la originalidad, la innovaciĂłn y las altas miras comerciales.
El telar liso.
El telar con excĂŠntrica o asargado.
El telar con maquinita.
El telar con cambio de cajones.
El telar de espada y de garrote.
Por el ancho los hay 90 cms
De dos metros, de un metro veinte,
De un metro cincuenta, y
de un metro noventa de ancho.
La entrada del agua a la turbina se hace a travĂŠs de una presa que conduce la totalidad de las aguas de la Acequia de Aynadamar, de Fuente Grande hasta cĂĄmara de agua pasando desde el pozo a las profundidades de la turbina instalada a once metros.
La maquinaria de la turbina incluye un sistema regulador mediante un volante que dosifica la entrada de aguas. Un sistema manual, imperfecto e impreciso que se sustituye por un mĂŠtodo mĂĄs adecuado basado en dos esferas metĂĄlicas giratorias. Una sincronizaciĂłn a base de unas esferas.
metĂĄlicas giratorias que suben o bajan a mayor o menor velocidad .El sistema regulariza las necesidades de la turbina, que ni se acelera o retiene en demasĂa.
Tiene la FĂĄbrica una historia entraĂąable protagonizada por una
campana y una campaneta. La campana estuvo colocada en el tercio superior del
edificio principal de la FĂĄbrica. Fuertemente sujeta por una escuadra y un robusto gancho. Todo ello sujeto
a la obra. Como VĂznar era relativamente silencioso su eco se extendĂa en todo
el caserĂo siendo referente horario para los turnos del trabajo.
AquĂ permaneciĂł taĂąendo su badajo hasta que cambiĂł su
destino para ser colocada en la espadaĂąa de la ermita de Ntra. Sra. de FĂĄtima
por peticiĂłn de D. JosĂŠ Crovetto a los dueĂąos de la FĂĄbrica a cuya solicitud
accedieron gustosos.
En el tercio se puede leer en forma
de corona:
NUESTRA SEĂORA DE LOS ANGELES
Y en el medio pie, bajo una cruz:
BENDICAT DOMINE LABOREM NOSTRUM
( El SeĂąor bendiga nuestro trabajo )
Y la otra campaneta tomo tambiĂŠn
alcance de principal, si bien es mĂĄs humilde su tamaĂąo, pero no por ello
preclara su importancia. Su colocaciĂłn estaba enclavada en la nave principal.
El sonido ensordecedor de los telares no era capaz de superar el timbre de la
campaneta. Unida a un fleje con su tirador de cadena se accionaba cuando en la
FĂĄbrica se producĂa un accidente y se necesitaba parar de inmediato.
A las empleadas de la FĂĄbrica de Tejidos
se les llamaba â las fabricantasâ. Empezaban a trabajar a una edad temprana, a
los diecisĂŠis aĂąos No tenĂan una formaciĂłn especĂfica, pero la adquirĂan con
los aĂąos tutorizadas por manos mĂĄs diestras a cuyo lado maduraban hasta demostrar autonomĂa en el manejo del
telar en todas sus facetas.
Tiene el trabajo sus sufrimientos. El
primero el frĂo, sobre todo en las noches de turno con la disciplina del toque
de la campana. Los hilos se atirantan y al atirantarse se cortaban. Esto
producĂa que los telares habĂan de parar.
Mantener la humedad que procuraba una mayor suavidad en el tejido era a costa
de tener hĂşmedo el suelo de la nave.
ImagĂnese trabajar con un calzado poco
apropiado para soportar el frĂo y la humedad
en un suelo similar a un perpetuo
encharcamiento.
Normalmente una fabricanta atendĂa el
manejo de dos o tres telares a la vez. Reafirmaba las ataduras, cambiaba las canillas o marcaba
las preceptivas paradas o los ajustes que exige el telar.
Y
entre uno y otro momento se produce un rasgĂłn en la labor que si es pequeĂąo se
repara fĂĄcilmente pero si encierra
gravedad debe hacerse con el concurso de varias operarias e incluso llega a
tener la intervenciĂłn del Encargado de la FĂĄbrica. Esto tendrĂĄ sus
consecuencias pues de la acumulaciĂłn de las pĂŠrdidas se deducen penalizaciones
y por nĂłmina descuentos Son muchas las vicisitudes que marcan el trabajo en el
esta FĂĄbrica: el ruido ensordecedor
nunca mitigado. El frio y la humedad. El trabajo marcado por el estrĂŠs y la
presiĂłn por un trabajo en unas condiciones laborales llenas de arbitrariedades.
Pero las fabricantas muestran alegrĂa y buen talante, camaraderĂa y uniĂłn.
Y finalmente, cuando llegan los
veinticinco aĂąos, o la edad de contraer matrimonio, la fabricanta abandona la
FĂĄbrica al no poder compaginar el trabajo con su vida de matrimonio y se
disuelve lo que tantos aĂąos fue su vida en esta instituciĂłn.
He
de reconocer â comenta D. CristĂłbal Navajas Tirado -
A
todo el pueblo de VĂznar mi homenaje y dedicaciĂłn, gracias a los que con su
sacrificio y dedicaciĂłn pudimos ser los Ăşltimos en sobrevivir a la gran crisis
textil. Y ser los Ăşltimos en cesar al menos en Granada.
Y un elogio especial a los que fueron sus Directores, D Manuel Arroyo Espigares y D. Antonio MartĂn SĂĄnchez. Ambos de indiscutible competencia.
EL CIERRE DE LA FABRICA Y SUS CAUSAS
Testimonio de D. CristĂłbal Navajas Tirado
VĂznar no era otro mundo pero las chicas que trabajaban en la FĂĄbrica, como en otras actividades dejaban su puesto de trabajo al contraer matrimonio, en unos cuantos aĂąos sin ingresar personal ya con pocas operarias, de acuerdo con ellas y por una compensaciĂłn econĂłmica un dĂa cerrĂł la FĂĄbrica y todo quedĂł como estaba: los telares con las telas que venĂan tejiendo las demĂĄs mĂĄquinas y los almacenes en el mismo estado. No habĂa actividad ni tampoco ventas y en esta situaciĂłn en parte por desidia y en parte por nostalgia nunca llegĂł la liquidaciĂłn de la industria ni en sus gĂŠneros ni en sus mĂĄquinas y por supuesto en sus edificaciones y ensanches con gran valor urbanĂstico. Gracias a ello, hoy, treinta aĂąos despuĂŠs todo se ha conservado siendo quizĂĄ la Ăşnica fĂĄbrica de tejidos que mantiene integras sus edificaciones y maquinaria del aĂąo 1885 incluidos los saltos de agua, turbinas, dinamos e instalaciones elĂŠctricas de aquella ĂŠpoca, pioneras de la electricidad en Granada, conservando tambiĂŠn las âtorrecillasâ de los cubos y acueductos de los dos molinos harineros cuyos saltos de agua aprovechĂł la FĂĄbrica al construirse y cuya antigĂźedad data muy probablemente de ĂŠpoca romana y cuya existencia en ĂŠpoca ĂĄrabe estĂĄ confirmada en los antecedentes a que se hace menciĂłn en otro lugar de este trabajo. El propio profesor Jordi Nadal de la Universidad de Barcelona recomendaba una tesis doctoral sobre esta FĂĄbrica y al despedirse de su visita me recomendĂł mantenerla pues se trataba de un verdadero tesoro.
AUTOR: SALVADOR RUIZ CABALLERO
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