El Mirador del Camino de Tía Aguilica
En este paraje de privilegio, con la
extensa vega Granadina a sus pies, llena de verdor y fructífera tierra, marcada
por el verdor de sus alamedas del Genil, tiene su enclave el Mirador del Camino
de Tía Aguilica. Vista despejada, teniendo como telón de fondo la Sierra de
Moclín, las de Sierra Elvira y Parapanda, las Sierras de Tejeda y Almijara. Y
cerrando por levante las cumbres de Sierra Nevada, de blanco perpetuo.
El Mirador recibe su nombre del
contiguo camino al que los lugareños lo nombran como “Camino Tiguilica”, fruto
del habla andaluza en cuyas forma peculiar con fusiones y omisiones constituyen
una producción oral que le hace singular frente a la norma castellana. Pero
fiel a su primitivo topónimo.
En primer lugar hay una pérdida de la preposición “de”, término habitual que
desaparece en muchos de los topónimos locales: Cerro Concejo, Fuente la Teja,
Cueva el Agua…. Seguidamente se produce una fusión de las vocales finales y de
inicio (Camino de Ti (a A)guilica) y,tras la desaparación de estas dos
vocales se llega hasta “CaminoTiguilica.
Por tanto, a nivel del habla, se
acuña esta forma vulgar si bien a nivel documental, en la topografía de mapas y
croquis, en señalamientos en escrituras públicas o inscripciones en registros
de la propiedad, se mantiene como “Camino de Tía Aguilica”. Gracias a lo cual
llega nítido y fiel hasta nuestros días.
Los topónimos son nombres propios que
señalan accidentes geográficos, de distinta índole, ya sean picos, sierras,
fuentes, puentes y como no, caminos y vías de comunicación, cañadas y un largo
etcétera del cual abunda nuestro municipio: Rio del Toril, Puente de Tio Aneto,
Cañada de la Cuna, Camino de la Torna de las Caserías, La Presa, El Molino de
la Venta, Puerto Lobo…
Y por supuesto ”El Camino de Tía
Aguilica”, que enlaza el Camino de la Fuente con el Camino que va a Sierra. La
preposición “de” no tiene carácter de señalar posesión. Pues Tia Aguilica no lo
construyó para sí, ni está en su propiedad, ni es para el servicio particular
de su finca. Normalmente se toma el nombre de las fincas colindantes y en este
caso toma el nombre del propietario lindero, como ocurre en El puente de Tío Aneto,
la Torna de Don Sancho. Frente a esta consideración si hay casos de pertenencia
en La Era de las Ánimas, perteneciente a la cofradía del mismo nombre, Las
Paratillas de Tio Morito, el Cerro del Señorico o El bancal de la Santiaga.
A las personas de edad provecta, se
les suele nombrar antecediéndoles el apelativo de “tío o tía”: Tio Aneto, tio
Rata, Tia Tomasa , Tío Sempiterno… nombres que trasladaban a algunas de sus
posesiones como El Olivo de Tía Tomasa. Pero se da el caso de que al referirnos
a “la cueva de Pitano”, hay una clara connotación a un topónimo que refiere una
posesión… pero también se nombra El Callejón de Pitano, en cuyo caso
simplemente por la inmediatez de su vivienda para rotular el callejón que sube
a las Eras Altas. Estos topónimos se asientan por el uso y es el propio
vecindario quien los valida con el paso del tiempo. Esta ambivalencia se da
en otros muchos lugares.
Este apelativo se une a los tantos
nombres de persona, como a los apellidos y sobre todo a los apodos.
Concretamente el apellido “Aguilar” se encuentra en la Primera nota en primera
inscripción de “Villa Luisa, situada en el Término municipal de Víznar, pago de
La Venta, paraje de Fuente Grande.
(Inscripción 703 fol vuelto del Libro 18 de Víznar, inscripción
tercera,conel nº 726, fol 94, inscripción primera, el 27 de septiembre de
1929).
Situación que responde a la propiedad
de D. Antonio Cantero, posterior venta a Falange Española y con el devenir de
los años asentamiento del Albergue Juvenil de Inturjoven. “Linda por el Norte
–reza el asiento- con el Camino de Tía Aguilica por el poniente con las tierras
de D. Deogracias Aguilar Morillas (…)”. Queda así desvelado y sobradamente
justificado en ambas referencias el origen germinal de este Camino de Tía Aguilica, que se
vincule a un apellido, al apellido
Aguilar.
A las personas de edad avanzada,
símbolo de patriarcado, se les solía llamar, como decimos, con el cariñoso “Tío
o Tía ( Tío Solano, Tío Marcha, Tia Margarita…)
a la vez que su nombre sufría transformación con un diminutivo cariñoso
o afectivo. El sufijo diminutivo “-ico ,
o –ica”, propio de Víznar, añadido al
nombre de persona, hombre o mujer, tiene carácter de afectivo: Rafalico,
Josefica, Salvorico, Dolorcicas, Blasico o Blasica… De donde resultan Tío
Salvorico, Tía Angusticas o Tio Blasico.
Otras veces Chacho Manuel, Chacha Encarna o Chacho Antoñico.
Se trasladan a la antroponímia local, y así, del Apellido Aguilar,
deriva Aguilica, que se consolida en el
uso popular y por ende en la denominación de este Camino. Es de comprender que
el apellido Aguilar (en mujer) se transforme por esta doble mutación en “Aguilica” y de ahí tome carta de naturaleza
“ Tía Aguilica”.
Referencias
Cartográficas
En 1910, se hace un levantamiento
cartográfico del Término Municipal de Víznar, en un mapa sin escala (Archivo Histórico Provincial de
Granada-Croquis del Polígono nº 4 Detalle A- Servicio de Avance Catastral de la
Riqueza Rústica y Pecuaria, Ministerio de Hacienda) Ya se observa con clara
exactitud este camino que une el Camino de Fuente Grande con el que va de Víznar
a la Sierra. Pero hay que hacer una salvedad: Con distinta caligrafía y con
distinta tinta, se ha añadido la leyenda de “Camino de Tia Guilica”. Volvemos a
lo mismo. A fusiones producto de formas orales. Pero está claro que se quería
decir “Camino de Tía Aguilica”.
En época más reciente, a cargo del Topógrafo D. Luis Díaz de
la Guardia Valverde, se realiza un plano de ocho hojas cosidas correspondiente
al Mapa Nacional Topográfico Parcelario: Término Municipal de Víznar:
Polígononº4 / Instituto Geográfico y Catastral. Escala 1:2000.- Granada. Una
Carpeta- En él sí aparece ya “El Camino de Tía Aguilica”.
Por todo ello, tanto por los
testimonios documentales como cartográficos, queda resuelta esta denominación.
Y así llega hasta nuestros días cuando en Escrituras o Proyectos se nombra a
este camino como lindero, con toda propiedad y sin corrupciones propias del
lenguaje vulgar.
Relevancia de este
Camino de Tía Aguilica.
No fue este Camino de Tía Aguilica un
simple camino de herradura. En la planimetría y los mapas topográficos y del
Ejército, aparece en todos ellos con trazos bien marcados y definidos como anchurosa
calzada de rango mayor. Es una simple unión de enlace entre el Camino de la
Fuente y El Camino de la Sierra. Pero es algo más. Por su singular utilidad y
por considerarse parte de la vía que une a Fuente Grande con Cogollos Vega y
este con Deifontes y así alcanzar la Carretera de Madrid. Y por este lado el
Camino de la Sierra y el Puerto del Lobo para a través del Puerto de la Mora, alcanzar
el Camino de Guadix y Murcia. Este escaso medio kilómetro, bien se ve de
crucial importancia en el entramado de vías de Al-Andalus. Vías que tienen sus antecedentes en calzadas
romanas, después incorporadas o mejoradas en redes que han llegado hasta
nuestros días.
Un pequeño detalle nos ilustra de la
relevancia y necesidad de este Camino de
Tía Aguilica. Un grupo de arrieros o partida de ganado viene proveniente por
ejemplo desde Cogollos con dirección a Guadix.
Hay un paso por el cordel que entraría por Los Pozos y coronaria en la
Cuesta de los Cigarrones. Si la acémila va “de vacío”, podrá superar esta pina
cuesta, pero si se incorpora un carro o una pesada carga, será necesario
desviar por el Camino de la Tia Aguilica. Idem si el trayecto es inverso, en
cuyo caso ha de buscarse la comodidad de la ruta. Por eso no podemos pensar en
un camino de herradura, pues ha de dar servicio en amplitud y adecuación al
resto de la ruta.
Desde la Cuesta de la Alhambra, se puede acceder al
Camino de la Sierra, Puerta del Parque Natural de la Sierra de Huétor, antesala
y salvoconducto para la trashumancia que llega aquí por el Cordel de Fuente
Grande hasta alcanzar la Cañada de La Cuna. Principalmente ovejas y ganado vacuno.
Queda en el recuerdo la estampa del ”camión
de los fabricantes”, de la Fábrica de Pólvoras de El Fargue, que tenía parada
como apeadero de los obreros de Víznar para luego seguir ruta con los
fabricantes del vecino Alfacar, tras su jornada de trabajo.
Aunque ya no se hace preciso el
acarreo de leña a los hornos, hasta el último cuarto del pasado siglo, Eugenio Pelele
y sus hijos trajeron ramas y cándalos de pino, ahulagas, retamas, romeros y
jaras… hasta los hornos de Escolástico y Julián. Manolo “el Nío” al del
Chiquitico, y Salvorico y Angelito al suyo propio. Y “El Chico Costillas” y “El
Roscos” para los hornos de Alfacar. Testigo fue este Camino de sus idas y
venidas. Los burros de tanto ir y venir se sabían el Camino de memoria y
llegaban a la puerta de los hornos donde se paraban exigiendo con sus rebuznos
que fuesen aliviados de la carga.
Las Rogativas
La pertinaz sequía azota implacable a
los campos, los rebaños y las personas. Entonces se organizaban las rogativas,
con rituales del rezo del Rosario, letanías y otros rezos. Si la cosa llegaba a
más, se sacaba la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno la cuesta de la
Alhambra arriba para llegar hasta este emplazamiento donde está hoy el Mirador.
La Imagen se encaraba hacia la Vega, para hacerle ver los cereales sedientos,
los árboles con las hojas cansinas, y los pocos rebaños de cabrillas apurando
las cuatro hierbas que aún quedan en los ribazos y balateras. Nuevos rezos y
letanías y salmodias y regreso al templo precedidos de la Cruz procesionando
con los ciriales. Y cuentan los ancianos del lugar, y testigos fueron de lo que
vieron: que hecha la petición de la lluvia para el pan de cada día y la súplica
de una abundante cosecha y la fecundidad de los rebaños, llegando a la plaza,
se veían los primeros nublos y caían las primeras gotas empapando la vestidura
púrpura del milagroso Nazareno.
Salvador Ruiz Caballero.
Cronista Oficial del Ayuntamiento de
Víznar
Con la aportación documental de D.
José Carlos Alarcón López
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