Coria del Río es un pueblo sevillano que suma a su herencia romana y musulmana, la experiencia de ser el anfitrión de un encuentro entrañable entre España y Japón, que ha dejado una huella perpetua, hoy recuerdo vivo, mantenido por quince generaciones de andaluces, que han conservado el apellido Japón de sus antepasados. Fue en el año 1614 cuando una expedición, dirigida por el samurai Hasekura Tsunenaga, llegó a Coria del Río.
El propósito de esta expedición era visitar al Papa en Roma y obtener apoyo político y religioso para los japoneses convertidos al cristianismo, al mismo tiempo que establecer contactos comerciales. La expedición partió de Sendai, al norte de la mayor isla del archipiélago japonés, en primer lugar con destino a México para después, hacer escala en el rico puerto fluvial del Guadalquivir en Coria, antes de salir hacia Italia. De este modo, los japoneses pretendían conocer la ruta a Nueva España como posible ruta comercial.
El propósito de esta expedición era visitar al Papa en Roma y obtener apoyo político y religioso para los japoneses convertidos al cristianismo, al mismo tiempo que establecer contactos comerciales. La expedición partió de Sendai, al norte de la mayor isla del archipiélago japonés, en primer lugar con destino a México para después, hacer escala en el rico puerto fluvial del Guadalquivir en Coria, antes de salir hacia Italia. De este modo, los japoneses pretendían conocer la ruta a Nueva España como posible ruta comercial.